Imagínate por un momento que existe una Fuente Original, como un gran manantial sobrenatural en dónde se origina el principio de esa energía que anima a todo al Universo y que llamamos Vida. Imagínate como la energía/vida que mana de la fuente provee a todo el Universo de forma incondicional. Tómate unos instantes, cierra los ojos y siéntelo. Es una imagen poderosa. La sentimos poderosa por que nosotros formamos parte de ella, somos energía de ese manantial, nuestra vida proviene de allí, es nuestro origen.

¿Y cómo llegó a nosotros esta vida?, ¿a través de que o de quién? La respuesta es evidente: a través de las mujeres, las creadoras y portadoras de vida de nuestra especie. Pero aún siendo tan evidente no nos damos cuenta de lo que significa en toda su magnitud.

Visualiza ahora una mujer embarazada. Observa como biológicamente la mujer actúa como fuente de vida, eso es así por qué tiene los mismos atributos que la Fuente Original que hemos creado. Las mujeres tienen ese poder de conectarnos y vincularnos a la vida, a la Fuente Original, por que ellas la representan.

Esta imagen de la mujer como representante de la Fuente Original es de suma importancia para todo ser humano, porqué es algo real. También es una imagen poderosa, es una imagen que va más allá de pensamientos, de discusiones, de ideologías o, si queremos, de sentimientos. Porqué la vida lo es todo, sin ella no estamos.

Vida-intrauterina00De hecho lo mismo corroboran la mirada terapéutica de las memorias prenatales, la sicología prenatal y la embriología afirmando que desde el punto de vista del embrión y del bebe “la madre lo es todo”. Eso es así porqué la madre es la vida para el bebé y la vida como sabemos “lo es todo”. El bebe sabe de la naturaleza creadora de la madre, percibe sus atributos, sabe que su madre es su fuente y a ella se debe. Por esa misma razón vive a través de ella, es uno con ella, se alimenta con ella e incluso siente con ella.

La gestación quizás es la imagen y el ejemplo más vivo y plausible que tenemos de amor incondicional mutuo entre dos seres: simboliza la Fuente Original dando vida y la nueva vida siendo vida con ella. El cuerpo de la madre nutre al bebé de forma incondicional. Aún siendo el caso de un embarazo no deseado, está esa fuerza mayor biológica llamada amor incondicional que impulsa a ese bebé a prosperar. El bebe toma la vida, y con ella, la historia personal de la madre con sus fuerzas estimulantes positivas y con sus fuerzas inhibidoras, sin condición alguna, sin filtros.

Visualiza ahora a tu propia madre embarazada de ti… puede que te sorprendas al reconocerla a ella como emisaria de la Fuente Original, con su mismo poder creador y dador. ¿La habías percibido antes así? Si ahondamos en esta imagen podremos sentir el vínculo existente con nuestra madre y como este ha constituido poderosamente nuestra base, nuestro arraigo a la vida, nuestra conexión con el amor y nuestra relación con nosotros mismos y con el otro. Ese vínculo es el origen de todo. En la relación inicial con nuestra madre se establece y se fundamenta nuestra conexión con la vida e igualmente con el origen de la misma.

Tomar consciencia plena de esa realidad es algo mágico y transformador, nos permite ver más allá de la personalidad de nuestra madre, más allá de su problemática y sus sufrimientos, más allá de sus carencias. Del mismo modo que ella tomó la vida que le brindó su madre, tomó sin condiciones su historia personal y la hizo suya, a lo mejor una historia muy dolorosa.

Esta reflexión es un llamamiento a la capacidad que tenemos para trascender a los engaños del ego, de la personalidad, del sufrimiento, una capacidad que nos brinda siempre nuevas oportunidades para aceptar y crecer. La aceptación es una energía que mana del corazón es una energía incondicional como el amor, como la vida que recibimos de la Fuente Original. Pero para aceptar primero hay que reconocer y para reconocer que mejor que una imagen real de la vida.

Por Xavi Callejo – Terapeuta de las memorias Prenatales – https://memorias-prenatales.com/